sábado, 20 de diciembre de 2014

The walking dead - Temporada 5 (I)


The walking dead - temporada 5

Andrew Lincoln.
Steven Yeun.
Chandler Riggs.
Norman Reedus.
Melissa McBride.
Lauren Cohan.
Emily Kinney.
Danai Gurira.
Seth Gilliam.
Christine Woods.
Josh McDermitt.
Michael Cudlitz.




Después de llegar a la Terminal y comprobar que es una trampa, Rick y sus amigos deben seguir luchando...


Hola a todos.


Vamos allá con la nueva temporada de las aventuras de esos humanos en un mundo cuajadito de muertos vivientes que no hacen más que babear, caminar y zamparse al personal. Si estás interesado en leer las reseñas correspondientes a las anteriores entregas, no tienes más que buscarlas en el presente blog y será un placer compartirlas contigo.

Por si no has visto nada de la serie pero te ha picado la curiosidad el tema, te diré que, a rasgos generales, consiste en las desventuras de una serie de protagonistas, unos principales, otros secundarios, que se han convertido en una especie de fenómeno televisivo considerable, merchanising al margen, mientras tratan de sobrevivir a los zombis que les rodean. Pues bien, después de cuatro temporadas llenas de gruñidos, sangre y muertos varios, servidor estaba esperando como agua de mayo la quinta. La razón de esto, a parte de porque la serie me gusta bastante, es que la temporada anterior, léase la cuarta, me pareció un poco más flojita que las otras. Como ya comenté en la reseña correspondiente, mucho diálogo, mucho conflicto personal y pocos muertos dándose un festín.

Y, bien por casualidad o porque tomaron buena nota de ciertas críticas que pulularon por varios medios, lo cierto es que la temporada arranca de manera muy prometedora y, lo que es mejor, muy bestia. Si has visto la cuarta, sabrás que Rick y compañía llegan a la misteriosa Terminal y, por supuesto, las cosas no resultan ser lo que parecen. ¡Ya lo creo que no! Los momentos en dicho lugar son espectaculares; no por la vía zombi, sino por la humana. Y es que, bien mirado, uno no sabe qué es peor, si un zombi sin cerebro que busca comida o un humano desesperado por sobrevivir. Las escenas de ejecuciones varias son apabullantes (atentos a ese momento en que ponen en fila a unos pocos y, cual Al Capone en Los intocables, los pasan a golpe de bate), así como la que se forma para salir de allí. La violencia es considerable y, desde luego, creo que no me equivoco si te digo que estamos ante uno de los momentos más sangrientos de la saga. De todos modos, no creo que esto cogiera por sorpresa a nadie ya que en la dichosa Terminal atufaba a muerte a distancia.




La trama, a su modo, continúa avanzando y lo hace de la manera a la que nos tiene acostumbrados la serie: conociendo nuevos personajes y situando a los ya conocidos en otros contextos. Así, conocemos al padre Gabriel, que tiene un remordimiento de conciencia considerable o a Dawn, que es algo así como una poli-cacique chiflada que se columpia entre lo miserable, lo repulsivo y lo lastimero pero que luce uniforme de agente de la ley que tumba. Por supuesto, hay giros importantes en la historia que me parecen muy adecuados y que hacen que no caiga en la repetición de situaciones. Así, el tema de lo falso de la Terminal, el hospital de Dawn o la mentira podrida de Eugene me parecen muy adecuados y, repito, han hecho que cada semana, servidor de ustedes, se ponga delante de la tele a ver qué pasa. Ignoro si esto es así en los cómics (aún no he leído todos los tomos pero estoy en ello) pero a mí es la impresión que me ha dado. 



Los personajes me parecen muy adecuados. Por un lado, están los ya conocidos, es decir, Rick, su nene, Beth, Daryl, Glenn, Maggie o Michonne. Los no tan conocidos pero sí familiares, como Abraham Ford o Eugene siguen en su línea, es decir, completando a los anteriores y, a su modo, teniendo su propia trama. Los nuevos, como el padre Gabriel o Dawn están muy bien definidos y presentados. Y es que una de las constantes que mantiene la serie es lo bien que retrata a los personajes y la profundidad que se les da hasta hacerlos muy creíbles. Supongo que, claro está, aquí tienen mucha culpa los guiones de los cómics de los que, no olvidemos, viene la serie.




Y esto me lleva a los actores. Hablarte aquí de todos sería escribir una reseña de proporciones tan letales como la plaga que asola a los protas de la serie. Sí te puedo decir que Andrew Lincoln como Rick está impresionante porque, a cada capítulo, el tipo está más hecho polvo y barbudo que el anterior y encarna a la perfección la locura y desesperación del personaje. Emily Kinney haciendo de Beth se luce lo suyo y hasta se puede decir que esta primera parte de la quinta temporada es suya sin problemas. Josh McDermitt lo hace muy bien como el simple de Eugene y se balancea entre la lástima y las ganas de matarle. Lo mismo puedo decir de Christine Woods como Dawn, que a veces resulta humana y otras deseas que se la zampen los zombis.




¿Aspectos en que me han parecido mejorables? Bueno, si me pongo un poco exigente, por aquello de decir algo, te señalaría dos cositas. Por un lado, la puñetera manía que tienen los guionistas para incluir un flash back dentro de otro hasta tal punto que, al menos yo, me pierdo un poquito a veces (aquí estoy hablando de Carol) Por otro, que el tema del hospital de Dawn me ha recordado un poco al Gobernador y su ciudad particular. No es que me importe nada de esto pero ahí queda.


Pues esto ha sido todo porque, como suelen hacer muchas series, llega la Navidad y hay un parón hasta después de las fiestas. De momento, la serie me sigue gustando y debo reconocer que lo poco que lleva esta quinta temporada le da papas a la anterior (menos mal) Desde luego, ha tenido un final espectacular con cierto personaje que no voy a comentar aquí pero que me dejó con la boca abierta. Si has visto la serie, sabrás a qué me refiero. Por otro lado, visto en perspectiva, creo que se veía venir. Si, por el contrario aún no has le has dado un ojo al último capítulo, voy a estarme calladito y lo averiguas tú. Yo, desde luego, estoy deseando retomar esa tierra llena de muertos vivientes que, bien mirados, son los más inofensivos si los comparamos con las bestialidades que hacen los humanos (toma final filosófico que me he marcado)

Vigilad el cielo.




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