domingo, 29 de noviembre de 2015

Star Trek II: la ira de Khan


Star Trek II: La ira de Kahn. (Star Trek II: The wrath of Khan)
(1982)
Director: Nicholas Meyer.
Guión   : Harve Bennet, Jack B. Sowards, 

William Shatner.
Leonard Nimoy.
DeForest Kelley.
Ricardo Montalban.
Bibi Besch.
Merrit Butrick.





El capitán Kirk y la tripulación de la Enterprise debe enfrentarse a un viejo enemigo: Khan.



¡Saludos!

Hoy os invito a viajar por el espacio a bordo de una de las naves más famosos de todos los tiempos con una tripulación que no necesita de presentaciones. Me refiero, claro, a la Enterprise y su segunda incursión en el cine.

Decir que la primera película de la saga, Star Trek, La película, rozó la delgada y peligrosa línea del aburrimiento es ser, como poco, realista. Aún así, y a pesar de que fue un éxito, alguien debió darse cuenta de esta sutileza y, para la siguiente cinta, se pusieron bien las pilas y dieron un cambio bastante significativo para con esa primera cinta.




Muy bien, motores listos, y... ¡vamos allá!

La primera cosa que me gusta de esta segunda entrega es la más evidente y que, como puedes maginar, está relacioanada con la introducción que acabo de soltarte: la historia. Por una lado, por lo que contiene; por otro, por como está contada. Vamos por partes.

Me parece un gran acierto que en esta segunda peli los guionistas se hayan basado sobre todo en la serie original de la tele y tirasen de uno de los personajes más emblemáticos y curisosos de la misma. Decir esto puede ser un poquito general ya que, a lo largo de las tres temporadas que duró en antena, si hubo algo que caracterizara dicha serie fue el montón de seres raros y estrambóticos que pulularon por ella y, cada uno a su modo, metió una buena caña  a la tripulación de la Enterprise. Pues bien, uno de ellos fue un personaje fornido, algo chulesco y con aspecto de indio que se llamó Khan y que dio unos buenos y entretenidos quebraderos de cabeza al capitán Kirk. Fijáos si el susodicho tuvo
potencial que incluso se ha vuelto a tirar de él para la actualización de la saga en Star Trek: en la oscuridad. Lo que vamos a ver en esta peli es lo que sucede a continuación de ese primer enfrentamiento y cómo, el paso del tiempo, a afectado a todos los involucrados en aquella aventura televisiva. Y es que vamos a asistir a una historia tan vieja como simple: la de una venganza. Porque, amigos, aquí el amigo Khan está más mayor, tiene más canas en su peinado ochentero pero el tío alberga una mala leche espacial que, mezclada con mucho rencor y, sobre todo, una dosis desproporcionada de ira homicida, quiere descargar contra su némesis: Kirk. ¿Y por qué? Pues porque el buen capitán le dejó abandonado en una especie de planeta aislado al margen de toda vida inteligente. Ya ves tú, cómo se pone por nada... Lo bueno que tiene esta premisa es que, desde que Khan aparece en pantalla sabes que el enfrentamiento final es inevitable pero, a fin de cuentas, de eso se trata.

Pero no solo de venganzas vive el hombre (o el alien), por muy divertidas que estas resulten. La trama se las apaña para, además, incluir una subtrama que resulta muy interesante y que va a servir de base a la siguiente cinta por los daños colaterales que supone. Me refiero al proyecto Génesis, cuya primera aparición oímos de la boca de los personajes allá por el minuto once (he aquí otra diferencia con la anterior cinta: las cosas pasan rapidito. El primera peli todo va a cámara extra-mega-súper lenta) Si te digo que esto es un experimento que consiste en inyectar vida a lo que no la tiene puedes pensar en Frankenstein pero ahora imagina esa idea descabellada aplicada sobre un planeta o satélite muerto: sería hacer un mundo nuevo y, por tanto, habitable. Más original imposible y, desde luego, me parece un buen aliciente a esa trama principal que va a generar muchas y muy variadas aventuras.

Por supuesto que hay más detalles en la historia pero, a rasgos generales, creo que se puede decir que estos son los dos puntos vitales sobre los que el guión se va a apoyar y ambos me parecen muy interesantes. La cuestión es que, como dije antes, lo que también destaca con respecto a su predecesora es el modo en que está contada, léase de manera ágil, amena, dinámica y todos los sinónimos que se te ocurran. Siempre he pensado que las comparaciones son odiosas pero, a veces, por aquello de la necesidad, a menudo inevitables. Como ya he comentado, la primera peli me gustó y así lo reseñé pero está claro que se hizo, en conjunto muuuuuy densa y lenta (esto siendo buenos) pero en esta, en cambio, se habla menos, se actúa más y todo, en su conjunto, es mucho más entretenida, como no podía ser viniendo de donde viene.




Una cosa que me parece muy curiosa, y por eso lo quiero comentar, es la presentación que se hace de los personajes. Aquí hay una cosa indiscutible: el tiempo ha pasado y por eso todos están más viejos y, algunos, hasta usan gafas para ver de cerca. Pero, además, Kirk está cansado, acartonado y algo amargado (y la tripita incipiente se hace notar jejejejejje) ya que ve que el tiempo se le escapa entre las manos y, además, lleva una temporada larga sin hacer un viaje espacial debido a una especie de trabajo administrativo. Para evitar males peores, su amigo el doctor McCoy le anima a asumir de nuevo el mando no como capitán, sino como almirante. Hasta aquí todo genial y me parece un gran punto a favor ya que se nos muestra a unos personajes muy conocidos que, además, evolucionan. Lo curioso es que esto es justo lo que sucede con el personaje en la película anterior. Y digo yo, ¿por qué repetir la misma situación y el mismo contexto? La impresión que me da es que, con esta peli, es como si la otra no hubiera existido, una especie de "reinicio de la saga" Esto, claro está es una opinión personal mía...

Ya metidos en personajes, como acabo de comentarte, se les ve evolucionados. Esto se aprecia, sobre todo, en la figura del capitán Kirk, que es el que necesita las gafas que he mencionado antes. Spock sigue a lo suyo: a la lógica y a la impasibilidad, si bien es cierto que, en la trama final, alcanza un protagonismo bastante sobresaliente (que no voy a decir para que veas la peli pero, ojo, es una buena sorpresa) La tripulación restante de la Enterprise no ofrece novedades. Sí destaco a tres: la científico Carol, su hijo David y Saavik, otra de vulcano que, como tal, luce orejas y lógica. De los tres, los dos primeros, quizás, te sorprendan por su relación con otro personaje más importante. Y, por supuesto, cómo no mencionar al malo de todo el cotarro: Kahn, que es base e hilo conductor de toda la trama.




Los actores me siguen pareciendo que cumplen, algunos más que otros por la sencilla razón de que tienen más protagonismo y, por tanto, se pueden lucir más. William Shatner está muy creíble como Kirk y muestra que le pesan los años. Leonard Nimoy es, simplemente, el señor Spock. Con eso os digo todo. Eso sí, aquí muestra algo muy parecido a lo que podemos llamar sentimientos en una de las escenas más emotivas de la peli. Kristie Allie (sí, la de Cheers) como Saavik queda bien y, además, es su presentación en el mundo del cine. Bibi Besch (Carol) y Merritt Butrick (David) hacen lo que pueden en papeles muy pequeños pero resultones. Ricardo Montalban es un Khan tremendo cuya labor es más que destacable.






Paso a los efectos. La verdad, muy conseguidos. No llegan al nivel de una Guerra de las galaxias o un Imperio Contraataca (el Jedi aún no había venido) pero me gustan bastante. Los vuelos de las naves me resultan muy creíbles, así como los fondos galácticos surrealistas, como esos momentos dentro de la nébula. Las explosiones, los rayos y demás continúan en su línea habitual.

Esto ha sido todo. La verdad, una entrega muy digna pero, sobre todo, entretenida que, al menos para mí, recupera no solo el espíritu de la serie, sino que atrapa al espectador para, durante todo el metraje, hacerle viajar a mundos raros y conocer gente más rara aún. Dicen los entendidos que es la mejor de la saga. Yo no voy a arriesgar tanto porque estoy revisitando todas las pelis originales pero te puedo decir sin lugar a dudas que, cuando la vi por primera vez, me gustó mucho y, a fecha de hoy, lo mantengo. Si tienes un ratito, dale una oportunidad y me cuentas.

Vigilad el cielo.







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